El
30 de mayo de 1926 apareció el primer numero de la revista mensual de 30
paginas “Oriflama” del Centro de
Estudiantes de Ciudad Bolívar.
La
mesa de redacción estaba integrada por Ricardo Archila, como director; Héctor
Guillermo Villalobos, subdirector; administrador: Jorge Sánchez y redactores:
Alejandro Uncein e Ines Figarella.
Oriflama, formato dieciseisavo, se editaba en los talleres tipográficos de La
Empresa Suegart. Se publicaba el último
de cada mes. No aceptaba colaboración
sino exigida. Se canjeaba con los
periódicos y revistas nacionales y extranjeras.
No devolvía originales. Los
anuncios tenían precios convencionales y el ejemplar costaba un bolívar y 2 los
atrasados.
En
su nota editorial advierte que “al ingresar
en el palenque de la vida periodística, lo hace sin otra fuerza que el
entusiasmo de la juventud y sin otra prenda de valor que la sinceridad de
nuestras ideas para contribuir al adelanto intelectual de Guayana, de esta
tierra heroica, que siempre ha seguido
las huellas de Minerva (…)”
El
primer número de Oriflama incluye trabajos históricos, literarios y científicos
así noticias contraídas a las actividades del Centro de Estudiantes del Colegio
Federal de Varones. En ellas Héctor
Guillermo Villalobos publicó sus primeros poemas y se convirtió en la
revelación literaria de la revista y en la figura relevante de la nueva poesía
guayanesa.
Circularon
en total 24 números y por su dirección, además de Ricardo Archila, pasaron J.
F. Reyes Baena y Juan Alberto Gambús. La
revista Oriflama cerró definitivamente sus páginas el 24 de abril de 1928 con
una cinta negra en su portada, luto por la llamada “Generación del 28” cuyos
integrantes, en su mayoría estudiantes
de la Universidad de Caracas, fueron presos y perseguidos por la
dictadura de Juan Vicente Gómez.
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