Este arte expresivo tiene vida
desde los tiempos más remotos, pero en Guayana el primer cuarto del siglo
veinte. Está asociado con el dibujo y la
pintura y para dominarlo se requiere mucha imaginación, sensibilidad en la
percepción y el trazo, talento, chispa y excelente sentido del humor.
Para los medios de comunicación
social, especialmente para los impresos, la caricatura ha sido un recurso de
crítica y entretenimiento extraordinario.
La crítica con humor ridiculizante es la más tolerable, pero también la
que mejor penetra y cautiva a la opinión.
Uno
de los más antiguos caricaturistas conocidos es el humanista y escritor francés
Francisco Rabelais, de los tiempos de la invención de la imprenta. También, Benedictini, médico y profesor de
anatomía, autor de Gargantúa de Pantagruel, obra monumental, en la que en una
forma humorística y con estilo robusto y expresivo expone su filosofía de la
naturaleza y su moral epicúrea.
El
caldo de cultivo de la caricatura está en la política e históricamente la
primera caricatura del mundo, de la que se tiene conocimiento, era de corte
político. Apareció en abril de 1617 en
una hoja semanal editada por Abraham Verohoeven, en Amberes, ciudad de
Bélgica. Se trataba de un pastor
protestante haciendo propaganda político – religiosa, mientras el demonio le
insufla las ideas con un fuelle. En los
países de habla hispana, Goya es considerado como el primer caricaturista, con
un humorismo que nada tiene de alegre y sí mucho de profundo. Luego, la caricatura se refugia en los
semanarios políticos de España y de América.
En
Venezuela llega con el grabado en 1844 cuando aparece la primera caricatura en
la última página del periódico “El Relámpago”. Se trata de un caimán con la boca abierta y
al pie del grabado la palabra “Agricultura”. A partir de entonces el dibujo y la
caricatura seguirán siendo el único medio de ilustración de nuestras
publicaciones hasta el 31 de marzo de 1889, fecha en que el Zulia
Ilustrado publica dos fotos de los resultados de una operación
practicada por Alcibiades Cárdenas, médico que también hizo esas gráficas.
En
1892 una publicación revoluciona la representación gráfica de la prensa
venezolana: El Cojo Ilustrado, revista fundada por Jesús María Herrera
Irigoyen, quien trajo de Europa un taller de fotograbado un año antes de la
salida de esta publicación
En
1910 el diario El Luchador de Ciudad Bolívar instala un equipo de estereotipia
y el 17 de junio publica su primera ilustración: El Juramento de Washington.
En
1922 el mismo diario adquiere un Fotograbado y comienza con una foto
del distinguido médico Francisco Antonio Risquez a ilustrar ocasionalmente sus
artículos con personajes y vistas de la ciudad. El 18 de julio de 1925, aparece
en el ángulo inferior derecho de la primera página, la primera Caricatura
firmada por LAG, titulada “Prevención Cinegética”. En el
cuadro, la cabeza cornamenta de un venado, una joven de pie y sentado el señor
de la casa quien ordena:
-
Mire Nena, quita inmediatamente ese colgador de allí porque hoy vienen
varios amigos a visitarme.
-
Y eso por qué, mi Negro.
-
Porque son “Rápidos” y “Estáticos” y pueden caerle a tiros.
Un total de diez caricaturas
aparecieron durante los meses de julio y agosto de 1925, unas firmadas por LAG y otras sin autor. El Luchador no fue muy
adicto a esta experiencia. Es en su etapa final cuando el extinto diario
septuagenario, vuelve a la Caricatura. Esta vez a cargo de Luis Ortega (Wicho).
Pero
la caricatura periodística sostenida y de mucha actualidad es la que inicia Ismael Morales Pérez el primero de
diciembre de 1957 en el diario “El Bolivarense” y sostiene
posteriormente en El Expreso, donde también por un tiempo Rosendo Magallanes se
escapa del diseño creativo, del dibujo y la pintura, para incursionar en este
género del periodismo.
Otros
caricaturistas de la prensa local han sido Marcos Carrasco, el arquitecto
Salgado y José Pulido. También el médico
y poeta ex Director de Cultura del Gobierno Regional, Víctor Medina, quien
firmaba sus caricaturas con el seudónimo de Medito (diarios El Mundo y El
Bolivarense, El Progreso).
En
Ciudad Guayana, el periodismo ha estado divorciado de la caricatura y son
contados los caricaturistas, al menos, los que han sostenido un trabajo diario
y sistemático en la prensa. El diario “El Pueblo” dirigido por Celestino Adames Pérez, mantenía la
sección “Poblachón”, de Víctor Reinales, crítico de excelente trazos
que también hizo caricatura para “El Guayanés”. El Correo del Caroni”
publicó durante un tiempo “El Morrocoy” y ocasionalmente en la
Página Deportiva caricaturas de algunos temas firmados por “Puñal”.
Últimamente
se ha destacado en el quehacer caricaturesco de la prensa Luis Vásquez con “Los
trazos de Luis” en El Diario de Guayana y con sus “Ostosidades”,
Edgar José Osto, quien dibuja y hace caricaturas desde que era estudiante de
primaria. Es licenciado en educación y ha trabajado para El Bolivarense y El Progreso
y no ha tenido más escuela que la voluntad y el ejercicio diario del trazo.
Hasta
1990 que sale su primera caricatura en la
revista Grafía de la Universidad José María Vargas, había sido un
caricaturista de cuadernos de clase, hojas sueltas y periódicos murales de la
escuela. Esa primera caricatura trataba de la guerra de Iran y aparecían Bush y
Hunsssein como figuras del tablero y de intermediario la ONU.
El
es del barrio La Sabanita de Ciudad Bolívar (1973), pero ha tenido la suerte de
vivir en Caracas y en Santa Teresa del
Tuy, donde la actividad artística – cultural es permanente.
Edgar
José Osto ha expuesto caricaturas en la Casa del Humor y en la Galería del
Iutirla, pero más que caricaturas humorísticas propiamente son retratos de personajes conocidos de la ciudad. Entran en la categoría de caricaturas, porque
el artista hace énfasis en los rasgos físicos más prominentes de los
personajes.
El
buen caricaturista sabe simplificar sin restar significación al dibujo, y en
otras ocasiones sabe exagerar. Es toda una ciencia en la cual el artista deba
saber cuando y hasta que punto es conveniente reducir o exagerar, componer y
equilibrar la composición o mover los personajes cuando se trate de tiras
cómicas. Hay dibujos caricaturescos
que hablan por si sólo, no requieren del complemento de la leyenda como los de
RAS, que captaban el ser psicológico del personaje. Hay otros que requieren del
complemento de la leyenda para la cual no sólo se requiere ser buen
caricaturista sino también buen humorista. Leo fue un excelente caricaturista
en ese sentido como lo son hoy Zapata, Regulo, Kiko, Sancho, Fonseca.
El
Licenciado en comunicación social Ismael Morales Pérez, actualmente en
suspenso, se ha mantenido en la escuela tradicional de la caricatura. Pero es,
indudablemente, el caricaturista por antonomasia de Ciudad Bolívar. Imposible
referirse al periodismo de humor en el ámbito bolivarense dejando de un lado a
quien es considerado a nivel local pionero del género caricaturesco.
Nace
frente a la Plaza Miranda al calor de músicos y poetas como los Morales Rossi
con quienes se halla emparentado, tuvo la constante de ese duende travieso que
le hacía ver las cosas y la gente de una manera graciosa y caricatural, no
obstante los coscorrones del Padre Bernardino del Hoyo en las apretujadas aulas
del Colegio La Milagrosa.
Nada
como para avivar la chispa y sal que la represión y de ello, aunque a otra
distancia y circunstancia, dieron buen testimonio Leoncio Martínez y Job Pin.
De manera que mientras más duros y frecuentes los coscorrones, más abultados
fueron los trazos del ridículo y los defectos, de los que nunca pudieron
escapar profesores, sacerdotes, sacristanes, condiscípulos y hasta un bedel que
pretendía ser más papista que el papa.
Sus
“monigotes”
como los calificaba el Padre y después en la Heres la maestra Argelia Pulgar,
eran de un estilo muy libre que luego fue definiendo bajo la influencia de
historietas como el Cancionero Sal de Uva Picot que tenía a un tal Don Chema como
personaje central.
Desde
entonces sus caricaturas no varían. Las trabaja con líneas, rellenos y
contraste. Con ese estilo concursó en la “Caricatura de Veinte” de Ultimas
Noticias. Para entonces, ya en los 50, hubo una fuerte sequía en
Caracas y Morales la caricaturizó con un Shaman en la Plaza Diego Ibarra
invocando al espíritu de la lluvia. Los veinte bolívares nunca los cobró, pero
para él fue muy estimulante ver publicado su trabajo en el tabloide más
sensacional del momento.
En
el periódico mural del Instituto
Dalla Costa jamás dejó de aparecer una Caricatura de Morales y en un
aniversario del Plantel, el profesor de castellano Raúl Umanés Castro lo
sorprendió con una exposición de todo el trabajo de un año que él
cuidadosamente venía coleccionando.
Morales
entró con sus Caricaturas en el periodismo cuando Brígido Natera Ricci fundó el
diario “El Bolivarense” en diciembre de 1957. Los clisés había que
hacerlos en el diario “Antorcha” de El Tigre (1969). “Cartones
de Morales” debutó en el decano de los diarios con una burla a la
Criminológica que virtualmente no podía
funcionar sin los agentes expulsados de la Seguridad Nacional.
Caricaturas
de Morales han sido reproducidas por revistas como “Voz y Camino” dirigida
por el ex Presidente de la República, Luis Herrera Campins, y ha tenido
coincidencias temáticas y de leyendas el mismo día con caricaturas de los
grandes como Zapata. Morales en sus conversaciones suele recordar esta
referente a la muerte de Ramiro Finol, el inventor de la tinta indeleble
utilizada por primera vez en unas elecciones: “Murió Ramiro, pero nos dejó su
huella indeleble”.
Parejo con la Caricatura llegó a
los periódicos de Ciudad Bolívar la fotografía y paulatinamente el reportero
gráfico.
En el principio de la gráfica
periodística en Guayana, los medios impresos solo utilizaban adornos como rayas, bigotes, viñetas y letras
mayúsculas con creaciones como árboles o
flores, al igual que en el resto de Venezuela.
Los primeros grabados en madera,
dibujos y caricaturas, aparecen en el diario El Luchador hasta el 25
de junio de 1909, cuando los Suegart adquieren en los Estados Unidos un equipo
de estereotipia produciendo en casa el primer grabado: Juramento de Washington. A partir de entonces será posible ver
en el periódico vistas del paisaje e inmuebles históricos de la ciudad captados
en las cámaras de fotógrafos visitantes de la Capital como Federico Lessman y
locales como Enrique Isidoro Rebolledo y los hermanos Cabrera, dueños de Foto
Estudio Luzitone.
Fotografías de Ciudad Bolívar que
aparecen en El Luchador también son enviadas al Cojo Ilustrado. El gran proveedor de fotografías para los
periódicos locales y de la Capital, parece ser los Estudios Luzitone,
señaladamente cuando se realizó la Primera Feria de Ciudad Bolívar inaugurada
el 30 de mayo de 1946 por Rómulo Betancourt, presidente de la Junta
Revolucionaria de Gobierno, como marco del Primer Centenario del cambio de
nombre de Ciudad Bolívar.
Luzzitone fue el principal
proveedor de fotografías sobre el gran evento regional que atrajo gente de
todas partes. La edición de la revista Elite
dedicada a Ciudad Bolívar fue ilustrada con fotografías de los Hermanos Pérez y
por El
Nacional vinieron Pedro J. Díaz y Francisco Edmundo (Gordo) Pérez, con
quien Rogelio Pérez, padre del periodista Nelson Pérez hizo buenas migas en el
trajín de cobertura del gran evento.
Desde entonces y hasta que
Américo Bisi, Pedro Perman, Víctor Bayola, Rogelio Salazar, Nino Marchese,
Reinaldo Maya y Roberto Rojas se convierten en los pioneros del reporterismo
gráfico de Ciudad Bolívar, el paño de lágrimas de los periodistas locales y
corresponsales era Tiburcio Guevara cuando no estaba en el piano o requerido
por Guzmán Vera en la PTJ. Asimismo, Foto Estudio Luzitone, muy
particularmente en la persona de Rogelio Pérez, pues su hermano Máximo, a partir de 1950, va
dejando progresivamente el oficio para dedicarse en El Palmar, y Tumeremo
después, a la agricultura y ganadería.
La última gráfica que Rogelio tomó para la prensa, a instancia de los
periodistas Pedro Lira y Joaquín Latorraca, correspondió al homenaje del gremio
de periodistas a Juan Eduardo Enet, batallador durante más de seis décadas en
el diario El Luchador.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario